PREVENCION DE LOS TRASTORNOS DE ALIMENTACION

Por Dra. Patricia R


Hoy en día es más común ver a nuestros adolescentes y adultos con trastornos de alimentación como la anorexia y la bulimia, que según estadísticas han  aumentado enormemente y cuyas repercusiones son graves y en algunos casos hasta conseguir la muerte; pero desconocemos que el problema no solo puede depender de  factores psicológicos y sociales, sino también biológicos.
Su tratamiento una vez diagnosticado y aceptado, es largo y complicado y es necesario que se  lleve conjuntamente entre el paciente y sus familias.

Los adolescentes son los mas vulnerables, debido a su proceso de identidad, a los modelos culturales y estéticos poco reales a los que se ven sometidos, al ideal de belleza impuesto como un “cuerpo delgado” y a los medios publicitarios y de comunicación que se encargan de actuar en la mente de ellos con las publicaciones de dietas, medicamentos para adelgazar, cirugías, entre otros.

Una de las mejores maneras de promocionar y prevenir el incremento de estos trastornos  es  iniciar desde la familia y el colegio, con la difusión de información resaltando las consecuencias que conllevan el ser  diagnosticado positivamente, ofrecer charlas dirigidas a desarrollar un criterio más real sobre los ideales estéticos, trabajar toma de decisiones, asertividad, autoestima y brindar el apoyo necesario y oportuno en caso de existir el trastorno.

Por otra parte es aconsejable que las medidas de prevención comiencen desde  la edad escolar (6 a 12 años), ya que a estas edades los niños y niñas comienzan a mostrar sus gustos y disgustos en cuanto a la alimentación se refiere, y es por esta razón, que es importante conseguir que se adquieran los  hábitos  de alimentación adecuados y  porque no, resaltar en cada una de las etapas del desarrollo los siguientes  aspectos:

  • Ayudar a conseguir un mayor autoconocimiento de su cuerpo.
  • Tomar conciencia de su imagen corporal y favorecer su aceptación, así como respetar las diferencias físicas de otros, sin discriminación.
  • Identificar emociones y sentimientos relacionados con la alimentación.
  • Aumentar el conocimiento y gusto por los alimentos.
De los 12 a los 16 años:

  • Valorar el cuerpo y reconocer las distintas posibilidades que este nos ofrece, no solo las estéticas.
  • Reconocer cuales factores sociales y familiares influyen en sus hábitos y como repercuten estos en la salud.
  • Relacionar la autoestima y la auto aceptación corporal con los modelos alimentarios.
  • Comprender que es posible modificar las preferencias y hábitos alimenticios.
  • Tomar consciencia de los usos de la alimentación en diferentes situaciones como la ansiedad, el consuelo, frustración, el aburrimiento, etc. Como ejemplo de ello podemos decir que muchas veces en los momentos de tristeza o de cólera podemos llegar a comer sin tener hambre o no comer cuando deberíamos hacerlo.
  • Desarrollar un mayor autocontrol para poder elegir los alimentos que son de su agrado y así disfrutar del placer de comer, al margen de las presiones sociales.

Es aconsejable no emplear la alimentación como un reforzador de la conducta o del comportamiento, ya que lo único que pueden hacer es confundir al niño: 
 
  • Castigo (deficiencia de alimentos)
  • Recompensa (excesos de alimentos)
 En algunos casos los niños utilizan la comida para oponerse al control de normas y reglas y así marcar su independencia, comer o no comer es utilizado como una manera de expresar su ira o enfado.

Las personas que sufren de trastornos alimenticios tienen gran confusión sobre sus sensaciones de hambre y saciedad, como también problemas de identificación de emociones ( tristeza, miedo, ansiedad, aburrimiento y la soledad), de ser consiente de lo que se siente y poderlo expresar. Aprender a relajarse es una manera mas racional y acorde a la realidad para evitar este tipo de emociones. Por ejemplo, comer de más va ligado al aburrimiento y a la soledad, tratando de "llenar vacio". Comer o dejar de hacerlo, a la ira o cólera, personas que están reprimidas a mostrar su enfado o que se asustan ante sus propias reacciones de furia.

Es conveniente enseñar  a los niños y adolescentes a expresarse ante su ira, haciendo saber lo que se siente, definir el problema y plantear soluciones.

Al conocer los cambios psicológicos en los adolescentes podemos ver que muchos de estos trastornos de alimentación han sido por un fracaso en la superación de la adolescencia, como conflictos en el proceso de la construcción de identidad.

Escucha este cuento con tus hijos, EL HADA FEA, autor: Pedro Pablo Sacristan 





En algunos casos los niños utilizan la comida para oponerse al control de normas y reglas y marcar su independencia, comer o no comer es utilizado como una manera de expresar su ira o enfado.

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