Tampoco
conviene ser sincero todo el tiempo, algunas personas no parecen tener ningún
mecanismo que filtre sus pensamientos, dicen todo lo que piensan. Otras
confunden crueldad con sinceridad, y otras simulan ser sinceras cuando lo único
que quieren es ofender, manipular y herir los sentimientos del otro.
En una pareja es clave comunicarse, expresar los deseos, las necesidades, los miedos y las frustraciones.
Para empezar, no tiene ningún sentido ser sincero
si lo único que se va a conseguir es hacer daño y ofender a la otra persona. La
sinceridad sólo es positiva cuando va acompañada de mucha psicología, tacto,
empatía hacia el otro y grandes dosis de afecto, es ideal cuando lo que buscamos
es ayudar al otro, aconsejarlo o guiarlo para mejorar una situación o la misma
relación.
Debemos ver los pros y los contras de determinados comentarios
sinceros y el estado de ánimo y sensibilidad de nuestra pareja. Debes conocer a
tu pareja para saber cual es el momento ideal para que seas sincero, no es
conveniente que saques a relucir tu sinceridad cuando tu pareja se encuentra de
mal genio, enfermo u ocupado. Con los años y tal vez la madurez, uno aprende a
medir las palabras y saber el momento adecuado para decirlas.
Las
mejores parejas coinciden en afirmar que para que una relación perdure el
respeto y la sinceridad es fundamental.
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